A lo largo de nuestra vida hemos venido acumulando experiencias buenas y malas, éxitos y fracasos, sin embargo son muchos que no saben responder a esas situaciones nuevas que se presentan ya sea por causa de alguna experiencia negativa, o por nunca haber vivido alguna, sienten temor de aceptar esos nuevos retos o situaciones de la vida, y simplemente no actúan. Es por esta razón que hablaremos sobre la importancia de tener una buena actitud en nuestra vida.
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La actitud
Cuando hablamos de actitud nos referimos a la forma de actuar o comportarse de una persona frente a alguna situación o frente a la vida, la actitud se viene formando incluso desde que estamos en el vientre de nuestra madre, cada experiencia positiva o negativa que tuvimos durante nuestro crecimiento, época escolar o universitaria, toda y cada una de esas experiencias vividas han ido construyendo nuestra actitud, sin embargo, el tipo de actitud depende de cómo nos formaron nuestro padres, del apoyo que nos dieron, de cada una de las personas con las que compartimos, todos ellos aportaron en algo para que se definiera el tipo de actitud que tenemos ahora, en este preciso momento. Pero en realidad, ¿nos hemos detenido a pensar en algún momento sobre qué tipo de actitud tenemos?
Tipos de actitud
¿En realidad existe la actitud positiva y negativa? Cuando hablamos de tipos de actitud debemos siempre colocar un punto de comparación o referencia, ya que la actitud en sí es subjetiva, esta, al tratarse de un resultado de hechos y acontecimientos de nuestra vida, quiere decir que se basa en la verdad y creencia de cada individuo, por ejemplo quizás dentro de la verdad de una persona “A” esta puede estar actuando de buena manera, mientras que desde el punto de vista de una persona “B” lo que está haciendo la persona “A” no es correcto de acuerdo a sus creencias o principios.
Importancia de una buena actitud
Como ya hemos mencionado la actitud es subjetiva, pero entonces ¿Cómo saber si nuestra actitud es buena o mala, positiva o negativa? Es en este punto donde debemos detenernos a pensar sobre nuestra vida y hacernos las siguientes preguntas ¿En qué punto de nuestra vida estamos y en dónde queríamos estar? ¿A dónde queremos ir y qué estamos haciendo para llegar a ese punto soñado o anhelado?, ¿Nos sentimos bien con lo que somos y hacemos?. Cuando tengamos las respuestas a cada una de estas interrogantes nos daremos cuenta si la actitud que hemos tenido hasta este preciso momento es la correcta o positiva, ya que gran parte de nuestro éxito depende de nuestros logros y fracasos, ya que la realidad es que la responsable de todo es nuestra actitud, todo depende de la acción que ejecutemos en cada momento de nuestra vida y en cada decisión que tomamos, actitud es acción, y de toda acción siempre obtendremos un resultado.
Tener objetivos y aprender de los fracasos
Por eso debemos siempre enfocarnos en tener una buena actitud, una actitud positiva, una actitud correcta frente a cada momento de nuestra vida, en cada momento de nuestro día, desde que iniciamos el día debemos empezar con una actitud que se base en una creencia de que todo está bien, todo será como lo hemos planeado, y cada acción y decisión que tomemos será para buscar ese objetivo que hemos planificado conseguir en ese nuevo día, que será parte de un conjunto de objetivos que al final del camino nos llevará a una meta que nos llenará de satisfacciones, más aún si durante ese trayecto hemos sufrido fracasos, pero que gracias a nuestra actitud hemos aprendido de ellos, nos hemos levantado, y por eso seremos más fuertes y mejores, y sin darnos cuenta, estaremos formando una mejor actitud, ya que iremos aprendiendo de que en cada fracaso o etapa hay un aprendizaje y que en cada caída podemos levantarnos y seguir adelante.
¿Tienes alguna opinión sobre este tema? ¿Te has detenido a pensar cómo es tu actitud? ¿Es tu actitud la correcta?
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Imagen de Sasin Tipchai vía Pixabay.com bajo licencia creative commons.