Yokoi Kenji es un conferencista colombiano-japonés, desde el año 2010 ha dictado numerosas conferencias en Colombia, Japón, Brasil, Estados Unidos y otros países; basándose en sus dos culturas (colombiana y japonesa) se dedica a transmitir mensajes que ayuden a las personas a vivir mejor, enseñándoles a derribar los mitos que los bloquean.
Yokoi Nació en Colombia y cuando tenía diez años de edad se mudó a Japón con su familia, allí vivió hasta sus veinticuatro años, durante estos años aprendió mucho de la cultura japonesa en cuanto al orden y el aseo y hoy compartiremos cuatro lecciones que aprendió de estas dos culturas en cuanto a la limpieza y la prosperidad.
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La limpieza representa el corazón de las personas
Para los japoneses las limpieza es una parte muy importante en su cultura, por ejemplo tienen la creencia de que la limpieza del baño (servicio higiénico) representa el corazón de la persona que lo utilizó, cuando un japonés entra a un baño y se da cuenta del estado del baño, inmediatamente piensa que así es el corazón de la familia que vive en esa casa. Un baño público debe estar siempre limpio, y la persona que lo usa debe dejar el baño limpio, ya que el próximo en usarlo puede ser un niño. Para la cultura japonesa si una persona deja un baño público sucio es porque está tiene algún tipo de problema interno o que no tiene un buen corazón.
El aseo es responsabilidad de todos
Cuando Yokoi llega a Japón se da cuenta que en su escuela no hay personal de limpieza, todos los niños deben sacar su trapito y ayudar a limpiar el piso de su salón todos los días, el piso del pasillo o la parte de la escuela que le corresponda a cada grado una vez a la semana, y una vez al año limpian alumnos y representantes cada rincón de la escuela.
La limpieza y su conexión con la prosperidad
Los hábitos que adquirió Yokoi cuando llegó a Japón lo llevan a ver una gran conexión entre la limpieza y la prosperidad de una persona, y este es uno de los principales consejos que le da a los jóvenes que quieren ser prósperos, “laven los platos”. La ansiedad de ver milagros vuelve a la gente perezosa y por esta razón no somos capaces de ver la conexión, no alcanzamos a ver que todo se trata de trabajo y esfuerzo. Conocer otras culturas nos enseña que lo que creemos que es normal realmente no es normal; necesitamos aprender a lavar los platos que usamos sin que nos digan, aprender a movernos, a despertar. Una persona que aprende a lavar los platos, a estar limpiando su área de trabajo, a estar depurando, que se acostumbra a estar sacando la ropa que no usa, a estar detallando la limpieza en cada lugar, una persona así tiene tendencia a saber enfrentar sus errores, sus fracasos, a saber decir “sí yo lo hice, voy a limpiarlo” no a evadirlo. De eso se trata esto, la cultura de la limpieza es la cultura de saber que todos los días sale basura de una casa, que todos los días hacemos cosas negativas y por eso se trata de identificar nuestros errores y limpiarlos, debemos entender que si nos ensuciamos o embarramos, alguien va a tener que limpiarnos o “botarnos” (botar la suciedad que hay en nosotros).
Debemos evolucionar
Una cultura sana también puede llegar a ser una cultura nociva, la cual es aquella que no cambia, que nos mantiene en un ciclo y no nos permite evolucionar. Yokoi menciona que hasta en nuestros fracasos debemos evolucionar, que debemos lanzarnos a buscar los cambios, que debemos errar, equivocarnos y experimentar. Como lo explicábamos en nuestro artículo anterior titulado 5 reglas de Dan Lok para alcanzar el éxito lo que nos va a permitir tener éxito es explorar y estar dispuestos a conocer nuevas cosas, pero sin entrar en la “lista negra”, los que entran a esta lista son los que han cometido tantas veces un error que, sencillamente ya no son capaces de detenerse y no tienen interés en mejorar.
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